¿Te imaginas llegar al día de la boda y darte cuenta de que no tienes idea de qué vas a fotografiar? Spoiler: no es divertido. Aquí es donde entra en juego el moodboard, esa herramienta visual que te ayudará a tener todo bajo control antes de que la novia empiece a lanzar su ramo.
¿Qué es un moodboard?
Un moodboard es una especie de tablero de inspiración, una recopilación visual que reúne imágenes, colores, texturas, estilos y referencias que te sirven para dar forma a una idea o concepto. En fotografía de bodas, el moodboard es tu guía creativa: te ayuda a plasmar la atmósfera que quieres lograr y te asegura que tu visión sea clara y coherente. Piensa en él como el mapa que te llevará directo a las fotos que sueñas capturar.
¿Por qué compartirlo con los novios?
Un buen moodboard no es solo para ti: pásaselo a los clientes antes de la boda. Esto les dará ideas claras sobre poses y movimientos que podrán recrear el día del evento, sin que tengas que decirles nada en el momento. Al ver cómo quedan de bien ciertas posturas o acciones en una foto, querrán hacerlo igual, lo que hará que todo fluya de manera natural y eficiente. Además, esto te ahorra tiempo y evita momentos incómodos, porque ellos ya saben qué esperar y cómo se verán.
El moodboarding se ha convertido en el salvavidas de los fotógrafos de bodas; con el ritmo acelerado del gran día, cada segundo cuenta y no hay espacio para la improvisación. Siguiendo las “7 Rules of Moodboarding for Weddings” del blog de LENSEL, podrás trazar un mapa claro de lo que necesitas capturar y, lo más importante, cómo quieres hacerlo. Aquí van las claves esenciales:
1. General y específico: ¿Cuáles son las sensaciones que quieres transmitir? Define la vibra y también los detalles. Un mood board bien curado tenderá un puente entre tu visión y la realidad.
2. Ubicación: Si vas a fotografiar en un jardín, no incluyas imágenes de una boda en un salón. Tener referencias del entorno específico te ayudará a mantener la coherencia.
3. Acción y posicionamiento: Guarda ejemplos de cómo las parejas se mueven. Un buen mood board no solo ayuda a ti, sino también a la pareja a visualizar el resultado final.
4. Ángulos y marcos: Diversifica tu perspectiva. Ya sabes, no todo tiene que ser un primer plano de la torta de bodas.
5. Elementos que construyen el mundo: No te limites a fotos de los protagonistas; incluye detalles como flores, texturas y el entorno que enriquecerán tu narrativa visual.
6. Luz: La iluminación lo es todo, así que no dejes al azar la elección de tipos de luz que te gustaría captar. Una buena guía visual puede ser tu mejor aliada en la postproducción.
7. Edición: ¡Oye, que el moodboarding también sirve para la edición! Incluye colores y estilos que pretendas utilizar para que tu trabajo tenga un look coherente.
Un ejemplo de éxito en moodboarding es Bottega 53, que utilizó un mood board exquisito para planear una boda en Egipto. Gracias a su meticulosa preparación, estaban listos para capturar cada momento con confianza y creatividad.
Resumiendo, el moodboarding no es solo un capricho estético. Es una herramienta crucial para asegurarte de que cada detalle de la boda esté en armonía y que tu trabajo brille con luz propia. Además, compartirlo con los novios hará que se sientan más preparados y seguros frente a la cámara. Así que, deja de lado las dudas y empieza a planificar como el profesional que eres. ¡Tu cámara (y las parejas que fotografíes) te lo agradecerán! 📸